3.2.1 Características lingüísticas de las personas con autismo.
Así como hemos establecido una diferencia sustancial entre lenguaje verbal y comunicación, es oportuno ahora que reconozcamos otra diferencia entre comprensión del lenguaje y la producción del lenguaje.
Comprender el significado de una palabra solo requiere que una persona reconozca el significado de esta palabra, mientras que producir la palabra en el momento adecuado es un proceso más complejo que requiere que se recuerde la palabra, que se almacene en la memoria y que se recupere en el momento oportuno.
Este proceso creativo de producción de palabras es muy difícil para las personas con autismo que a menudo necesitarán un soporte visual o una ayuda distinta para poder usar el lenguaje, sea para comprender lo que se le está demandando que para usarlo de forma propositiva.
Muchas veces, sobretodo con niños con autismo pequeños, se piensa que no hay comprensión de la realidad y sobretodo del lenguaje.
Los adultos suelen hablar delante de ellos como si la persona no se diese cuenta de lo que se está comentando, pero no es así.
Los niños pequeños con autismo, generalmente, debido a la gran sensibilidad sensorial parecen desconectados de lo que está realmente sucediendo y muchos adultos suelen pensar que no están entendiendo la situación. Esta realidad suele modificarse solo cuando hay un suceso que da prueba que no es así.
Por ejemplo improvisamente un niño se pone a llorar porque la maestra le comunica a la madre que se ha portado muy mal en clase, o el niño se pone super contento cuando se nombra el lugar o el nombre de una actividad que es placentera para el niño.
Los niños y las personas con autismo no verbales, si entienden el lenguaje, lo van asociado de vez en vez con una serie de coordinadas específicas para que pueda resultarle funcional cada vez.
Pero en vez de recordar solo la palabra árbol para asociarla a todos los arboles que se vana encontrar en la vida, la persona con autismo tiene en su cabeza un árbol con al lado el columpio verde del colegio de mi hermana Teresa, el árbol a lado del consum donde voy a comprar la merienda con mi padre los miércoles antes de ir a la piscina, los arboles del chalet donde vamos muchos días cuando sale el sol, todos juntos de diferentes colores.
Así es la vida para una persona con autismo y es un proceso muy complejo poder encontrar una sola palabra seguida de muchas otras y coordinadas con los sujetos, verbos para poder expresar lo que de verdad desea expresar.
Los niños neurotípicos, aprenden primero la comprensión de las palabras y la emisión de estas suele tener muchos fallos. El hecho de que el niño que está aprendiendo a hablar haga errores no significa pero que no conozca el significado de la palabra. Si subestimamos el lenguaje de un niño porque no pronuncia la palabra o simplemente porque omite parte de ella estamos no considerando el real proceso de aprendizaje del niño neurotípico.
Bien, en el caso de los niños no verbales con autismo sucede lo mismo: si consideramos que un niño no comprenda el significado de una situación que estamos proponiendo porque no puede nombrarla, ni siquiera con sistemas aumentativos de comunicación cuando se los facilitamos, estamos obstaculizando su aprendizaje.
Pensar que un niño con autismo no sabe algo porque no es capaz de recibirla y emitirla de la forma que pretendemos que haga es ir en contra de la capacidad de aprendizaje de este niño.
Además el lenguaje es social y socio emocional, el aprendizaje del lenguaje depende de muchos otros factores. Cito textualmente un articulo:
“La evidencia empírica procedente de distintas áreas de la investigación coincide en señalar que la adquisición del lenguaje y el desarrollo social y emocional se influyen de forma mutua. La capacidad lingüística cumple una función esencial de comunicación no solo interpersonal o social, sino también intrapersonal o de autorregulación cognitiva y conductal. El lenguaje desempeña, además, un papel fundamental en el dominio emocional, ya que facilita la capacidad para desarrollar el conocimiento de las emociones y su comprensión en un situación determinada.
Asimismo, contribuye a la regulación de la emoción, posibilitando a las personas el ajuste del estado emocional y el afrontamiento del estrés.
Esta argumentación podría explicar, parcialmente, la elevada comodidad entre trastornos del lenguaje y problemas conductuales, emocionales y sociales. Así aproximadamente uno de cada cuatro niños diagnosticados formalmente con problemas conductuales y emocionales experimenta déficit de lenguaje clínicamente significativos.
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