sabato 4 marzo 2017

Monoprocesamiento de la información. Extracto tesina Espectro autismo sabina Esposito musicoterapeuta

3.2.3 Monoprocesamiento de la información. 

Una de las características más peculiares en el Trastorno del Espectro Autista, es la distinta capacidad de procesar la información que entra desde los diferentes canales.
Para evitar una sobrecarga de información y a causa de una hipersensibilidad marcada en muchos de los sistemas de percepción sensoriales, las  personas con autismo apartan toda la información proveniente de otros sentidos diferente a aquel que están usando.
Así, si una persona está escuchando una música por ejemplo, no capta todo el resto de información que entra por otros canales, como podrían ser el canal de la vista o del olfato.
El cerebro solo procesa una información. 
Muchas veces durante la estimulación del lenguaje y la comunicación, se les pide a los niños y personas con autismo de centrar la mirada en la persona que le está hablando.
El objetivo de que miren al interlocutor es tan claro que, los padres más novatos en el tema del TEA tienen como objetivo principal localizar la atención del niño cuando se dirigen a él.
Bien, si consideramos el peculiar modo de procesar la información según el monoprocesamiento y la anteriormente descrita Percepción Gestalt, podemos concluir que, pedir a un niño con autismo de mirar a los ojos mientras le hablamos puede hasta, llegar a ser contraindicado.
Mientras estoy intercambiando una información visual a través de un sistema aumentativo por imágenes y acompaño la imagen con palabras que describen lo que estamos viendo, poniendo énfasis en la pronunciación de dicha palabra, para una niño con autismo es suficiente. 
En la mayoría de los casos, mientras estamos realizando la actividad, otros factores, de los cuales somos en general inconscientes, influyen al mismo tiempo 
La temperatura de la sala será ajustada para nuestro vestuario y el del niño, pero quizás no para un niño que tenga su sistema nervioso central alterado. 
También es posible que unas moléculas de polvo estén circulando en el aire  y que nosotros, los terapeutas no las vemos. 
Mirar a los ojos como hemos podido observar antes, significa también, destacar de todas las partes infinitas que pueden constituir nuestro rostro para una persona con autismo, justo los ojos. 
Y los ojos tienen millones de colores en si, cosa que no tiene un pictograma. 
Cuando enseñamos una imagen de casa y le pedimos a la persona que aprenda a vocalizar ca-sa, tenemos coherencia en la información que proporcionamos, pero si le pedimos de decir casa, mirar casa y mirar los ojos, para una persona con autismo es un fenómeno incoherente. 
¿Que tiene que ver la casa con los ojos? Tengo que mirar ojos y decir casa, mirar casa y decir ojos, no tiene lógica.
Pero los profesionales en general no pensamos así, estamos formados para hacerlo de otra forma, para seguir reglas de estimulación del desarrollo neurotípico,  tenemos actividades diseñadas y métodos  para estimular la atención conjunta que no fallan pensamos.
Quizás es verdad, estimular a la persona con autismo para que mire al los ojos tiene su resultado, al final la persona aprenderá a mirar a los ojos durante el desarrollo de la actividad, simplemente habrá aprendido a compensar y a integrar, bajo repetidas demandas de ello, todas las consignas requeridas.
¿Pero habrá la persona aprendido a mirar a los ojos cuando una persona se dirige a ella?
¿Acaso se da cuanta siempre que otra persona desea establecer una comunicación verbal con ella?
La respuesta es no y lo más probable pienso es que también hemos perdido parte valiosa del aprendizaje lingüístico que pretendíamos alcanzar. 
Hemos distraído constantemente al niño o adulto con autismo mientras estaba aprendiendo los mecanismo para pronunciar estas palabras tan raras que significan casa y que tienen una imagen diferente de la casa donde vive y de la de la abuela y de la del primo y de la casa de campo donde han ido de vacaciones. 
Así mientras el niño está haciendo de la imagen que ve un puzzle para encajarla en su memoria como por ejemplo “imagen casa de sala de música  u de sala de Ana Cole y de sala de Rebeca martes’’, nosotros le estamos pidiendo que nos mire a los ojos tan bonitos y quizás hasta le pedimos el color.
La poca experiencia que puedo tener con respecto a la estimulación del lenguaje me lleva a concluir que menos estímulos mejor y si queremos trabajar la mirada en el niño tenemos que llamar su atención a través de la mímica, del movimiento, sorprenderlo, quererlo, crear momentos de complicidad en los cuales la persona con autismo al igual que cualquier otra, es llamada a buscar confirmas en otro  ser humano.

Monoprocesar la información, requiere un sistema diferente de aprendizaje del lenguaje con respecto a los métodos empleados por otros tipos de personas con necesidades especiales. 
Monoprocesar requiere un “mono-aprendizaje’’ también, con un elemento de estimulo a la vez. 
El sistema de estimulación del habla usado para  niños con autismo debería respetar las características propia de cada niño o persona y para poder respetarlas habrá que saberlas individuar primero. 
Si pretendo fomentar la comunicación a través del lenguaje significativo en personas con TEA tendré que crear esta necesidad de comunicarse con palabras. 
Hay muchos métodos que funcionan y casi todos ven el recurso de soporte visual como base. 
Sabemos entonces que si usamos imágenes será más fácil para las personas con autismo aprender, pero que es que no permite el aprendizaje del lenguaje entonces, que es que no permita la memoria de este lenguaje para poderlo trasladar a otras situaciones, que es que continuamente hace que tengan que hacer un enorme esfuerzo para estar dentro de la realidad así como la hemos confeccionado desde siempre. 
Empiezo a pensar otra vez en la cualidad del profesional que trabaja con personas con autismo.
Pienso que es nuestra mirada la que tiene que cambiar, quizás, lo más importante no es que que un niño con autismo aprenda una determinado numero de palabras para poder defenderse en el mundo sino que este niño aprenda como poder modificar lo que le rodea según sus necesidades y saber entender las necesidades de los demás. 
Una madre de un pequeño niño con autismo me dijo un día que lo que más le preocupaba de su hijo era que no llegase a ser una buena persona, que no aprendiese a respetar a los demás. 
Esta madre no sabia todavía nada sobre el autismo de su hijo o en general,  pero poseía la calidad más humana que este mundo debería tener para hospedar a todos las personas que en ello viven. 
Esta madre me enseñó que lo que cuenta al final es el respeto y se puede respetar una persona que no sabe comunicarse con palabras si se aprende a respetar las diferencias.
Muchas veces y siempre más a menudo hace falta hablar de integración en un social que si parece poseer un <monoprocesamiento cerebral obtuso hacia la competencia y el aprendizaje mnemónico>.
Somos seres humanos maravillosos destinados a aprender cada vez más sobre esta condición tan diferente que es tener autismo. 
Las estadísticas aumentan cada año, las familias se movilizan, las asociaciones proliferan , el sistema sanitario y educacional vienen trasformado. 
¿Que tal si todos aprendemos a comunicarnos con personas con autismo, que tal si aminoramos un poco la marcha y estamos a observar que nos cuentan?

¿Que tal si como ellos, abrimos los poros, ensanchamos la respiración, agudizamos la vista, probamos desequilibrios, en fin, que tal si nos ponemos a experimentar las innumerables posibilidad que nuestro cuerpo nos ofrece?

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